El presidente desmanteló la Policía Federal y creó la Guardia Nacional para enfrentar la violencia. Tres años después, las organizaciones criminales han ampliado su alcance.
Celaya.- El carnicero había sido asesinado y nadie sabía por qué. La ejecución ocurrió a plena luz del día mientras trabajaba en un restaurante familiar, uno de los muchos asesinatos que quedan sin resolver cada semana en Celaya, una de las ciudades más peligrosas de México.
compañeros de trabajo y familiares lloraron y bebieron tequila para calmar sus nervios, mientras un perito forense caminaba entre mesas aún cubiertas con comida dejada por clientes que habían huido durante el tiroteo.
La difícil situación de esta ciudad es parte del empeoramiento de la situación de seguridad en todo el país. La policía en lugares como Celaya dice que las bandas criminales los superan en armas en una guerra que están perdiendo, mientras que las fuerzas federales destinadas a luchar en estas batallas a menudo parecen aparecer después de que termina el tiroteo.
Muchos funcionarios y analistas dicen que el derramamiento de sangre sin fin, una señal de que un gobierno está perdiendo el control del país, se ha visto exacerbado por la estrategia de seguridad transformadora implementada por el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, poco después de asumir el cargo, que destruyó las operaciones de inteligencia y hasta ahora no ha logrado sofocar la carnicería.
La violencia ha continuado sin cesar en todo México mes tras mes: durante unos días en agosto, los cárteles de la droga y las pandillas causaron estragos en cuatro estados, disparando contra policías y tropas, quemando negocios y vehículos, y cerrando carreteras y negocios, incluso en Celaya. Días después, el hijo del alcalde de Celaya fue asesinado afuera de una farmacia. Más violencia esta semana obligó a escuelas y universidades a cancelar clases en el estado de Zacatecas.